Existe mucha confusión sobre los diferentes tipos de enfermedades pleurales benignas (no cancerosas); principalmente porque diferentes investigadores y diferentes médicos usan diferentes palabras para describir las mismas cosas, o las mismas palabras para describir cosas diferentes.

Aquí hablamos de las enfermedades pleurales relacionadas al contacto con el asbesto, no son malignas (como la mesotelioma), y existen solamente en la pleura. Pueden dividirse en tres grupos: placas, engrosamientos, y efusiones.

Las placas pleurales son formaciones pequeñas y duras en la pleura, similares a la arteriosclerosis en las arterias coronarias. Son resultados de las fibras de asbesto que invaden la pleura desde los pulmones. Los investigadores médicos no entienden totalmente por qué las fibras causan el desarrollo de las placas.

Las placas generalmente no dificultan la respiración, pero señalan un contacto previo con el asbesto: pueden ayudar a confirmar las causas de otras enfermedades que, de otra manera, no serían reconocidas como relacionadas con el asbesto. Sin embargo, una persona que tiene placas debe vigilar su salud. El o ella puede tener una propensidad para contraer otras enfermedades relacionadas al contacto con el asbesto, y debe, por lo tanto, avisarle a su médico que ha tenido contacto con el asbesto.

El engrasamiento pleural es una fibrosis difusa en la pleura. Las fibras de asbesto que se mueven desde los pulmones a la pleura hacen que la pleura se ponga más gruesa y puede resultarse una fibrosis extendida. Los investigadores médicos no entienden por qué las fibras causan la fibrosis.

Este engrosamiento puede restringir la capacidad de los pulmones de expndirse y de contraerse, y dificultar la respiración. Al igual que las placas, el engrosamiento es evidencia de un contacto con el asbesto y coloca a las victimas en una posición de más riesgo de contraer otras enfermedades del pecho que son más serias.

Una efusión benigna relacionada al contacto con el asbesto se refiere a un aumento de flúido en el espacio pleural de una persona que tuvo contacto con el asbesto y que no tiene otra enfermedad que podría causar una efusión pleural (tal como la mesotelioma). Algunas efusiones causan dolor del pecho, pero muchas no traen ninguna síntoma. Este tipo de efusión pleural benigna es tratable, y debe poner en alerta a la persona que la tiene para que vigile su salud respiratoria.

La mayoría de las personas que tienen placas pleurales, efusiones y/o engrosamientos no tienen síntomas. Pueden diagnosticarse con radiografías o tomografías.