El asbesto es el nombre de un grupo de minerales que ocurre en la naturaleza y que puede separarse en fibras delgadas. Estas fibras son fuertes, duraderas, y resistentes al calor y al fuego. Debido a estas cualidades, se ha usado el asbesto en miles de productos industriales, de construcción y de consumo general. Los principales tipos de fibras que se usan comercialmente son crisotile (principalmente del Canadá), amosite (de Africa del sur) y crocidolite de Africa del sur y Australia).
A menos que las fibras estén completamente encapsuladas en el producto, estas tienden a descomponerse en polvo microscópico. Una sóla hebra de asbesto aumentada 1.000 veces se ve un poquito más grande que un pelo humano. Debido a su tamaño pequeño y su forma larga y delgada, las fibras de asbesto pueden permanecer en el aire por mucho tiempo, y, por lo tanto, pueden respirarse.
Al ser aspiradas las fibras de asbesto pueden fácilmente penetrar los tejidos del cuerpo y, debido a su durabilidad, pueden permanecer en el cuerpo durante muchos años.